Cómo llegamos a la iglesia del siglo XXI - Parte II: Las castas socio-evangélicas
Hechos 4:32-35 “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.” Desde lo que yo entiendo, este pasaje no está dando una orden ni una sugerencia de que ahora todos debemos vender todo lo que tenemos y empezar a repartir a diestra y siniestra dentro de la congregación. Creo más bien que se trata del relato de un hecho que forma parte importante de la historia de la primera iglesia, aunque no deja de exhortarnos a ayudar a los más necesitados. Porque el mismo Pablo trabajó para no ser una carga para nadie (Hch. 18:1-