Los desajustados de Dios

1 Corintios 1:25-31
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
1:26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

*******************************************

Me estoy arriesgando a que alguno piense que estoy siendo, precisamente, orgullosa o engreída y transmitiendo más pecado que bendición con la conclusión a la que llegué. Espero sinceramente que no sea así. Pero si así sucediese, sepan que no es mi intención. Como les he dicho antes, por la pura gracia de Dios no es mi estilo y mucho menos estando tan apercibida, más que nunca, de mi propia insignificancia a los ojos del mundo.

Mi vida ha estado llena de malas decisiones, muchos errores y una salud precaria. Estas situaciones me han hecho blanco favorito de burlas, chismes y duras críticas a lo largo de mi vida entera. Esto me mantuvo en 33 años de guerra con Dios, o sea desde que me trajo a la luz del Evangelio, hasta hace tres días exactamente.

Hace tres días vi una película que enfatiza constantemente el gran amor de Dios por Sus hijos, aunque éstos pequen contra Él y a pesar de que una vida llena de tribulaciones y enfermedades podría indicar lo contrario a la mente y el corazón del hombre. Pensé que en película se veía todo muy lindo, pero que la realidad para muchos no tiene nada qué ver con ese final feliz. Y entonces entendí con tanta plenitud que todavía no sé qué hacer con este nuevo sentido que ha tomado mi vida. Y si me preguntan les diré que no sé por qué, ya que honestamente el filme no me ofrece el enlace por parte.

Creo que por fin sé por qué he sido tan insensata y he tenido tan mala salud casi toda mi vida.

Nosotros los insensatos y los que tenemos una constante mala salud estamos aquí para molestar y ser de tropiezo a una vasta porción de los seres humanos. Nosotros ensuciamos su mini universo impecable. La pobreza también forma parte de este panorama, pero no con tanta fuerza. Todos conocemos gente de escasos recursos que se exasperan con las personas enfermizas, los vagos y los ineptos. Pero para el mundo de la abundancia, también la pobreza es un fastidio. Tanto así, que entre los mortales comunes y corrientes se evitan ellos mismos cuando caen en desgracia económica. Todos le huyen al que no le sobra el dinero.

A quienes Dios favoreció con una "vida perfecta" no les gustan las personas como yo, que cometen errores con frecuencia y se comportan de manera errática a veces. Tampoco soportan las personas que con frecuencia somos afligidas por distintas afecciones de salud. Éstos los he escuchado muchas veces con frases como, “A mí que no me hablen de dolores ni achaques… Yo no soporto la gente tan blandita… ¡Ay, no, ésa es un fucú, siempre con una dolama! La quiero de lejos, eso se pega… Ésa es una hipocondríaca, debería ver un psiquiatra...” Y no los culpo, en serio. Ya ni siquiera me molestan ni me hacen sentir mal. Estoy segura de que si yo perteneciera a ese grupo sería la primera en rechazar alguien como yo.

Nosotros los “desajustados” somos como vinagre en los dientes de los perfectos. Hacemos que su mundo sea menos atractivo. Debido a nosotros su existencia particular se ve demasiada manchada para su gusto. Somos un recordatorio permanente del fracaso y la incapacidad absoluta de llenar sus expectativas.

Y se me hace difícil sopesar, a mi sentir, cuáles son los peores, si los que recibieron una vida perfecta o los que recibieron buena salud (¡y ni empezar a hablar de los que recibieron ambos!). Aquéllos con buena salud pueden ser una muy pesada carga de estupidez e ignorancia. Sí, quise decir ambos términos. El mal que propagan con su falta de misericordia y compasión es peor que los despliegues de insolencia de los perfectos, porque están golpeando a una persona que ya ha sido bastante abatida. Y este agravio se hace doble cuando viene de alguien que dice ser un hijo de Dios, Quien todo lo ve y lo oye.

Me parece que a ambos ejemplares lo que peor les adolece es la arrogancia presentada en distintas facetas. Así que los he clasificado en que lo que llamo la  Lista Arrogante, que es demasiado larga y se hace más larga por segundo.

Lo que hasta el miércoles no había entendido ni contemplado es que nosotros, los desajustados, estamos siendo usados por Dios para pulir a los que están en la Lista mientras estemos de este lado de la vida. Nosotros estamos encargados de mantenerlos en contacto con la realidad del ser humano, algo que a menudo se les desconecta por causa del constante bienestar con que fueron galardonados. De estar yo en lo correcto, resulta que hemos venido a ser de bendición para los de la Lista, ya que cada uno de nosotros le da una infinidad de motivos para ser agradecidos con su Creador, tomando en cuenta que la única y exclusiva razón por la que no son desajustados, es precisamente porque Dios así lo quiso y no por absolutamente nada que hayan hecho.

Los desajustados de Dios hemos sido escogidos para esta misión especial y no puedo esconder el hecho de que, viéndolo desde esta nueva perspectiva, me da tanto gozo ser parte de esta misión. Pero además, en la vida venidera para la gran mayoría seremos sus peores motivos de terror, porque sus crueles acciones, dichos y pensamientos contra nosotros serán tomados en cuenta a la hora rendir su veredicto final.

Por supuesto, si me hubiesen dejado a mí escoger, mi carne mataría por pertenecer a la Lista Arrogante. Cómo mi corazón se deshace por haber sido muy, muy inteligente, millonaria, exitosa, atractiva, ¡el ser humano más saludable del planeta!, y tener una larga lista de habilidades excepcionales. Ésta es la realidad que veo en mí. Dios es Quien me ha estado impidiendo ser otro renglón de la Lista. Porque yo sé que está arraigado en mí, así como en cada ser humano desde Adán hasta el fin del mundo.

Pero por lo menos ahora mismo, en este preciso momento, estoy muy emocionada, sintiéndome muy honrada de ser parte de los escogidos por el Rey de reyes y Señor de señores, para una gloriosa misión que trasciende el tiempo y las fronteras. Los otros desean que personas como yo no existieran, y sin embargo el Señor sigue dejando esas 99 solas para ir en nuestra búsqueda.

Por primera vez en mi vida ahora mismo estoy en mucha paz con mi escasez. Y casi no puedo soportar el gozo. No sé ni cómo describirlo.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Breve análisis de las estrofas de nuestro himno nacional

Sólo Jesús nos puede cambiar y nadie más

Cristo, sólo Cristo es nuestra justicia