Sólo Jesús nos puede cambiar y nadie más

Romanos

9:15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
9:17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
9:18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
9:19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?

********************************

Para algunos el fracaso pareciera ser la marca de fábrica. No importa lo que emprendan algo siempre sale mal. Y esto podría reflejarse en distintas áreas, como a la hora de socializar, en la salud, en lo académico, en lo laboral, en los negocios... Y de manera especial en lo personal, ese momento que llega y podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte por tener que dejar de comer de gula, de ingerir bebidas alcohólicas, de usar drogas ya sean prescritas o ilegales, de suspender lo que sea que nos tiene esclavizados… La lista parece interminable. Llegamos a convertirnos en nuestro peor enemigo.

Es muy, muy duro ver los años pasar y ser vencidos una y otra vez. Y es que el paquete que necesitamos para hacer ese gran cambio, que requiere la desaparición de quienes somos para darle vida a quien tenemos que empezar a ser, eso sólo lo puede hacer Dios y absolutamente nadie más. Ese mal que nos tiene prisioneros es tan maldito y desgraciado que se convierte en una nefasta adicción, y preferimos seguir ese sendero de derrota y auto-compasión, porque es mucho más fácil que enfrentar nuestra carne y los demonios que nos asedian. Se necesita un milagro tan impresionante como abrir el Mar Rojo. Estamos muertos en nuestra propia miseria y si el Señor no nos resucita, si Él Mismo no nos cambia, no podremos lograr nada, ni vivir tan plenamente como queremos y debemos. Y lo más triste y peor de todo es que arrastramos a todos los que comparten nuestra vida, hasta que por fin ellos se hartan de nuestra basura y terminan por abandonarnos. Y no podemos culparlos ni reclamarles nada.

Ese paquete que sólo el Señor puede proveernos incluye la disciplina, la determinación, el coraje, la fortaleza y ese deseo que raya en obsesión por lograr ese cambio. Muchos de nosotros no nacimos con estas armas en el ADN y por lo tanto tenemos que saborear la derrota demasiadas veces. Incluso he experimentado que en ocasiones no vale clamor y llanto por un cambio. A veces el Señor decide dejarnos en esa miseria por razones que tal vez sólo sabremos después de la muerte. Pero también he sido bendecida con ese paquete celestial para hacer cambios en mi vida que nunca antes había podido lograr, a pesar de haber contado con todos los recursos y condiciones necesarios para que sucediera.

El único que tiene cantidades ilimitadas de esos paquetes es nuestro glorioso Señor y Salvador. Dice Jehová Dios en Jeremías 33:2-3 “Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Yo soy testigo de que esto es cierto, porque he visto esas cosas grandes a lo largo de mis días y sé en mi corazón que son milagros, regalos de Dios que quiso darme en Su tiempo.

¿Estás desesperado, harto de ti mismo por tantas derrotas, tanto que preferirías morir antes que seguir igual que ahora? Entonces ven a Cristo tal y como estás, dile lo que te está matando, con tus propias palabras, tal como lo sientes, sin temor alguno porque Él no se asusta ni se ofende con nada de lo que puedas decir en tu súplica. Su amor, Su poder, Su compasión, Su misericordia y Su sabiduría son tan infinitos como Él Mismo y es la única fórmula que tengo para compartir contigo, porque es la que me ayudó a mí. Yo creo en lo que dice Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

No puedo prometerte que hará conforme a tu súplica, ni si lo hará pronto o se tomará todo Su tiempo. Algo que me angustiaba mucho al orar es saber que para nuestro Señor “un día es como mil años y mil años como un día” (2 Pedro 3:8). Es casi aplastante a veces esperar el tiempo de Dios. Es un tiempo en que a veces hasta el alma se seca. Pero aun en eso nuestro Señor es tierno y compasivo, pues cuántas veces no hemos visto Sus obras a nuestro favor en momentos de gran angustia, miramos atrás y tenemos que reconocer que Dios sí estuvo ahí por nosotros y nos sostuvo, porque de lo contrario hubiésemos muerto de dolor, terror o tristeza.

Yo no dejo de clamar y pedir. El día entero. Me paso las horas recordando necesidades mías y ajenas y con frecuencia traigo la respectiva súplica delante de Su trono. Qué bueno que Él no se hastía, porque a mí ya me hubieran cerrado la puerta, la ventana y hasta el más mínimo hoyito.

La oración no es una píldora de acción instantánea. La oración es un paquete que incluye crecer en paciencia, pedir por lo que tenemos en el corazón, desarrollar una comunión cada vez más íntima con Dios, ejercer nuestra dependencia de Él y, sobre todo, ejercitar nuestra obediencia por encima de nuestras expectativas, dudas y desconfianza. Y sólo el tiempo nos dirá Su respuesta que, aunque a veces no lo entendamos, tarde o temprano obrará para nuestro bien.

Nuestro Dios es inmutable y soberano y sólo Él puede cambiarnos. Que nadie te convenza de lo contrario.

Filipenses 2:13 “… porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”


Comentarios

  1. Dios es misericordioso siempre!! Es lo que nos salva!! Sus tiempos no son los nuestros aun para responder nuestras peticiones!! 😊como dices la oracion no es una pildora de accion instantanea!!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Breve análisis de las estrofas de nuestro himno nacional

Cristo, sólo Cristo es nuestra justicia