Y me sobra buen ánimo para repartir


1 Tesalonicenses 5:16
"Estad siempre gozosos."

Como muchos ya saben, yo no soy la más obediente ni la más fiel de los creyentes. Por Su pura gracia me levanto cada día (aunque a veces no puedo), y sé que no me meto en más problemas porque Él me lo impide.

Y, como dice el refrán, "¡Qué manía y no amanece!", recientemente volví a escuchar la aburrida y antipática frase de "¡Ah, po tú no ta tan mala!" Todo se debió a que tuve el atrevimiento de divertirme, lo que para algunas personas (demasiadas para mi gusto) es inconcebible, conforme a la condición de salud que me acontece.

Para los que desconocen mi historial médico, les comparto esta breve lista en el orden de llegada a mi vida de los incumbidos:

- Cirugía de amígdalas
- Fibromialgia (con su larguísima lista de males adicionales)
- Cesárea (se supone que los partos no se cuenten, pero…)
- Hipertensión
- Cirugía de vesícula
- Cirugía del tiroides
- Aplicación de yodo radioactivo por cáncer papilar de tiroides
- Histerectomía total
- Tratamiento por adenopatía de ganglios inguinales
- Artroscopía de hombro
- Intubación de lagrimal izquierdo (esto requiere anestesia general)
- Cirugía de dos hernias inguinales, una de cada lado
- Vértigo posicional paroxístico benigno (mi última adquisición el año pasado y que ya se esfumó)

En el ínterin, por si la fibromialgia no fuera más que suficiente, también he sufrido algunos internamientos por ameba, emergencias por hipertensión e hipoglicemia y, porque se trata de mí, tosferina por segunda vez en el 2010. Y sólo doy este vuelo de pájaro sobre MI salud física, sin añadir las aflicciones adicionales de la vida. El cuerpo por lo general empieza a descomponerse a partir de los 50. El mío llegó hecho añicos a esta edad, ¡y con un vicio por el descalabre que para qué les cuento!

Pero para no aburrirlos mucho, veamos un texto en dos versiones:

Eclesiastés 9:10

Reina-Valera: "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría."

Las Américas: "Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol adonde vas."

Yo tengo que dar la milla extra todos los días de mi vida, porque si me llevo de lo que mi cuerpo me grita jamás saldría de mi cama, el "aroma" a ungüento senil estaría impregnado en las paredes de mi habitación, y ya tendría que haberme hecho accionista de algún laboratorio farmacéutico, para conseguir analgésicos y antiinflamatorios a precio de costo. 

Para la gloria de Dios solamente (porque no tengo otra explicación), a pesar de mis muchas aflicciones, tanto en el alma como en el cuerpo, mi sentido del humor ha permanecido intacto y mi ánimo ha demostrado ser casi inquebrantable; excepto por los días en que mi cuerpo está tan aplastado por el dolor y el cansancio que no me permite expresarme prácticamente de ninguna manera.

Algunos dirán, "esa chica ha pasado mucho"; otros, "pero eso no es nada comparado con mucha gente." En fin, que cada quien tome su turno en la fila para criticarme, si así le apetece. Sin embargo, les advierto que la carga del qué dirán y las elucubraciones tan dañinas como sus dueños no caben en mi furgón, porque está repleto de asuntos que sí son importantes… como divertirme "según mis fuerzas," porque así me dio permiso mi Creador.

La obediencia mía hay que buscarla con microscopio de altísima resolución, pero en este glorioso versículo sí que no tengo problemas, a mi Señor las gracias.

Al Seol voy cuando Dios me mande y no cuando los chafandines quieran; ni un segundo antes, ni un segundo después. 



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