Desde hoy me llamo Ghátaka

El Señor Jesucristo dijo que matar no es solamente llevar a cabo el acto en sí mismo, sino que aun insultar a una persona lo hace merecedor de un juicio. Así que partiendo desde esta posición, hoy llegué a la conclusión de que soy una asesina en serie.

La semana pasada cuando iba caminando al salón, yo subía por una acera por la cual venía bajando un pequeño grupo de personas. De un lado venían ellos y del otro lado me quedaba el segmento de tierra con grama. Me doy cuenta que ninguno de ellos piensa moverse de su sitio para dejarme pasar, por lo que aparentemente todos dedujeron que yo me iba a echar hacia la tierra. Lo razoné en fracción de segundo y decidí que no me dio la gana, que ellos podían perfectamente ponerse uno detrás del otro para dejarme pasar. Como no vi la intención de hacerse a un lado, ya frente a ellos me quedé paradota donde estaba, por lo que algunos finalmente se vieron obligados a moverse, y una de las jóvenes puso cara de inodoro al tener que hacerlo. Me pasó por el lado airada y rozando mi brazo con el suyo. En esta ocasión sólo le di dos manotazos por la cara y la arrastré por la calle. 

Hoy pasó exactamente lo mismo, pero al regreso. Venía yo bajando por la acera opuesta a la del sábado anterior, cuando dos jóvenes, varón y hembra, venían subiendo. Se repitió la escena. Ninguno de los dos mostraba intención de ceder, así que repetí la historia. Me detuve a ver qué hacían y también la muchachona (y no el muchachón), con su respectiva cara de inodoro, se desvió bruscamente, expresando con su lenguaje corporal lo indignada que estaba de haber tenido que cambiar su trayecto para dejarme pasar. Pero a ésta sí que la agarré duro por el cuello, le recordé algunos familiares que probablemente ella ni conocía, le propiné un rodillazo en la barriga, le di un empujón, le entré a patadas ahí tirada en el suelo, y le di una clase anti-egoísmo informándole que yo tenía el mismo derecho que ella creía tener de caminar por la acera, sin tener que meter mis pies en la tierra o bajarme a la calle para que ella pasara. 

No se imaginan la descarga de adrenalina que estos pensamientos producen. Claro, porque OBVIAMENTE estas magníficas demostraciones de lucha libre sólo sucedieron en mi mente. En la realidad, tan pronto esas jóvenes siguieron su camino con sus inodóricas expresiones, yo continué el mío con mis matónicas meditaciones.

Creo que en algún momento Atila el huno pasó por República Dominicana y dejó una descendencia de la cual vengo yo. Las personas que caen en las listas de los pedantes, arrogantes, prepotentes, desconsiderados, abusivos, y sin ningún atisbo de sentido común, todas ellas me convierten en Ghátaka - una versión reducida de la palabra "asesina" en Hindú. Me gustó mucho, además, porque suena como algo así "la gata que ataca" y a mí me encantan los gatos. En serio que si lo que pasa por mi mente lograra materializarse, creo que la población de RD tuviera varios cientos de miles menos cada año. 

Cada vez que el camión de la basura pasa después de las 11 p.m., lo cual sucede con frecuencia y tomando en cuenta que el basurero de mi edificio está a pocos metros de la ventana de mi habitación, esa noche se mueren tres hombres: el chofer del camión y los que recogen la basura. Aquí por lo general utilizo mi Uzi. Así salgo de ellos más rápido.

Tengo el consulado de Panamá también a pocos metros de mi ventana. Para matar a los que llegan antes de las 6:30 a.m., he creado armas de fuego que a Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger les daría envidia. Incluso me he convertido en infanticida, cuando a una de esas mujeres se les ocurre venir con su niñito de uno o dos años y nos dan una tanda de gritos y llantos desde que llegan - lo cual a veces ha sido a las 5 a.m. - hasta que se van, acompañados, por supuesto, con los clásicos: "¡Que te calle! ¿Tú no oye?" ¡TITUÁ, TITUÁ! "¿A po no te va a callá?" Y a medida que va subiendo el tono de la mamá, también aumenta el volumen y la intensidad de los gritos del niño. O a veces llegan los que hacen el coro, cuentan chistes y no dejan hablar a nadie más, mientras sus voces se escuchan desde el Malecón hasta la Avenida Bolívar. Para estas ocasiones uso técnicas variadas que pueden ir desde el cuchillo de Rambo hasta el sable de luz de los Jedi. Depende de mi grado de enojo.

He acabado con deliveries de colmado, conserjes, vecinas (dos en específico), choferes imprudentes (éstos por docenas al día), motoristas anencefálicos (sin cerebro), dependientas de tiendas que actúan con un grado de altanería que cualquiera pensaría que son las dueñas del local, algunos vendedores de semáforo y los vagazos que intentan ensuciar el parabrisas con su asquerosa agua con detergente - para éstos uso mi escopeta de doble cañón recortada, ¡hermosísima! Y la lista sigue. Les gano a Jean Claude Van Damme y a Chuck Norris juntos, soy la mentora de Rambo y a Terminator se le sale la pipí cuando me ve (supongo que será ácido de batería o algo así).

Pues como ven, los días están cargados de entrenamiento militar para mi cerebro. Con frecuencia bromeo que soy la versión femenina de Rambo o del detective John McClane (Duro de Matar). Así que después del evento de esta mañana, decidí que ya era hora de tener mi propio personaje. 

Y bien, ya saben. Desde hoy me llamo Ghátaka. Ahí les dejo una foto de mi escopeta favorita. Fíjense que tiene hasta detalles que parecen florecitas y todo, muy femenina.


Foto obtenida en este link: http://patdollard.com/2013/08/badass-shotgun-packing-elderly-couple-ruins-escaped-inmates-plans-with-deadly-shot/

Comentarios

  1. Me parto de la risa con tus ocurrencias, de verdad que si!! CONTROLATE GÁTHAKA!!

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    1. No te prometo nada, pero lo voy a intentar :) Muchas gracias por dejar tu comentario. De verdad que lo aprecio.

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  2. Ay Lucy! Cuánto me has hecho reír! Me imagino lo terapéutico que debe haber sido dejar salir todas esas maquinaciones y plasmarlas en la pantalla. Con todo, mi querida hermana, te recuerdo q nuestro Padre Celestial es "LENTO para la ira y grande en misericordia," y nos invita a ser "imitadores de Dios como hijos amados"(Efe.5:1) , te ha dado un "nuevo nombre" (no creo q sea Gataka, sorry!) y la promesa de que "El q comenzó la buena obra en vosotros la perfeccionará..." (Phil.1:6). Te quiero mucho! Isabela

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  3. Gracias, Isabela querida, por dejar tu nombre por aquí. Eso para mí es una muestra de amor. Ghátaka y yo estamos muy agradecidas ;)

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  4. Long time no see, my brother. Se te quiere poi baisa.

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