Es que los hijos de Dios NO somos de este mundo
Juan 17:14-20
17:14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los
aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del
mal. 17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
17:19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
17:20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos…
Tantas veces he leído esta porción de las Escrituras, y apenas hace unos pocos meses que lo estoy entendiendo a plenitud. O por lo menos eso quiero creer.
He intentado vivir mi vida evitando el aborrecimiento del mundo a toda costa cuando, si en verdad soy de Cristo, eso es imposible. Si realmente alumbramos un poco las tinieblas de este mundo, los que viven en la oscuridad se sentirán irritados por nuestra luz, sus ojos no resisten nuestro resplandor, por muy pequeño que éste sea. Y definitiva e implacablemente intentarán apagarnos, lo que siempre ha sucedido, pero ahora lo estamos viviendo más tenaz y ferozmente.
Desde hace algunas semanas estoy percatándome de que me está dando brega adaptarme a esta generación.
- Ya no hay sitios tranquilos, a menos que uno se
traslade a un lugar muy retirado. Vivimos en una vorágine de ruido, impaciencia, intolerancia y competencia que aturde.
- Los valores de la familia han sido sustituidos
por estilos de vida que la están destruyendo.
- La palabra “moral” es obsoleta y ridícula, y la amoralidad
sexual se ha robado el escenario para no volver a soltarlo.
- No hay respeto por la vida humana. Desde el
vientre ya los matan sin el menor remordimiento. Y si logran nacer sus vidas se
convierten en una carrera contra el mal. Y si eso es la vida humana, ni hablar
de los animales. Se eleva cada vez más el nivel de la maldad y crueldad con que
el hombre puede abusar de un animal.
- Pareciera como si la gran mayoría de la
población mundial estuviera de acuerdo en destruir el planeta moral, física,
mental y espiritualmente.
- Todo lo que estamos viviendo es la confirmación
de la Palabra de nuestro Señor Jesucristo cuando profetizó que “… por haberse
multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12).
Y a pesar de la tristeza y el terror que va creciendo
dentro de mí, asimismo crece mi esperanza en la liberación de aquel gran día, y
mi gratitud a mi Señor por no sentirme en paz con estos tiempos, porque eso me
inclina a pensar que ciertamente no soy de este mundo, como mi Señor tampoco lo
es.
Comparto estos pensamientos porque tal vez alguien más se
sienta igual. Pienso si tal vez el estar sentada en la antesala de la vejez me
esté afectando emocionalmente más de lo normal. Si tal vez es así, entonces honestamente
prefiero quedarme así.
Cuanta razon llevan tus palabras Lucy!! Que triste es ver como se ha corrompido hasta lo mas hermoso que nuestro Dios creo para nosotros !! La familia!
ResponderBorrarGracias, mi hermana amada.
BorrarNo es solo la antesala de la vejez.. Las personas que queremos acercar la parte espiritual a Dios, todos pensamos y entendemos con punto y coma, la verdad de lo que dices. Ya entendemos porque "a lo malo le llaman bueno y a lo bueno malo". Pero estamos confiados que "donde sobreabunde la maldad y el pecado, sobreabunde SU GRACIA". ES Importante seguir pensando que somos extranjeros, pero a la vez Embajadores en esta tierra donde la tendencia es hacia el mal. Porque aquí dependerá si nuestro espíritu volverá a Él.
ResponderBorrarAmén, así es.
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