Sólo puede haber UNA verdad
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.
* * * * * *
Por demasiado tiempo me limité a depositar toda mi
confianza en algunos maestros y daba por bueno y válido casi todo lo que me
enseñaban.
En Su gracia infinita, un maravilloso día se agolparon
tantas dudas y tormentas en mi mente y corazón, que por primera vez pude ver
que estaba en el fondo, al borde de la muerte, y que era hora de salir a flote.
Y mi Poderoso Gigante vino a mi rescate, llevándome a indagar y buscar Su versión de los hechos.
Desde entonces una de mis súplicas continuas ante mi
Salvador es que no me deje desviar de Su verdad. Que en realidad, y de manera
especial para mí, es la única que hay, pero para la gran mayoría de los seres
humanos “nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del cristal con que se
mira.”
Viendo la interminable lista de profetas, doctrinas y líderes en todo el mundo, sea de religión, política o estilo de vida, me atemoriza grandemente la idea de que en algún momento yo caiga en alguna de esas trampas mortales. Y sé bien de lo que hablo, pues he sido testigo presencial de la caída de a quienes, en un momento de sus vidas, se les llegó a llamar grandes hombres de Dios.
Viendo la interminable lista de profetas, doctrinas y líderes en todo el mundo, sea de religión, política o estilo de vida, me atemoriza grandemente la idea de que en algún momento yo caiga en alguna de esas trampas mortales. Y sé bien de lo que hablo, pues he sido testigo presencial de la caída de a quienes, en un momento de sus vidas, se les llegó a llamar grandes hombres de Dios.
Y he llegado la conclusión de que las redes sociales se
han convertido en el peor de los males necesarios. Se logra mucho bien a través
de su uso, pero es tan inmensurable e indetenible el mal que se propaga por
esos medios, que me cuestiono hasta qué punto realmente vale la pena exponerse
a tanto mal, por recibir el bien que da.
Así que, y también por Su pura gracia, yo no tomo por
concedido que estoy firme en el buen camino, en el de Su verdad, y no dejo de
pedirle al Autor y Consumador de mi fe que Su palabra sea mi verdad y que en
ella me santifique (Juan 17:17).
Sir Winston Churchill dijo una vez que cuando la mentira
le había dado la vuelta al mundo entero, la verdad apenas empezaba a vestirse.
Y tanto va el cántaro al agua que sí se rompe. Es tan fuerte, tan implacable y
constante el mercadeo de las tinieblas en nuestros días, que sólo la gracia de
nuestro bendito Señor Jesucristo puede guardar a Sus hijos en Su luz.
Y a nuestro gran Dios las gracias más sinceras y profundas por guardar
Su pueblo.
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