Sólo en Cristo hay descanso

Mateo 11:29

"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas…"

Cada año trae sus rosas y sus espinas. Por causa de la fibromialgia, por lo general siento más las espinas que los pétalos. El Señor conoce mi corazón y sabe cuánto anhelo mejor salud y menos aflicciones y conflictos en lo que me quede de vida. Suplico por descanso y paz. Y entonces me llegó el texto anterior a la mente.

Me llama la atención que Él no nos indicara otras de sus cualidades para hallar descanso para nuestras almas.

Pudo haber hecho referencia a que imitáramos sus largas horas de oración y su tiempo a solas con el Padre. O también ayunar. O tal vez escudriñar mucha Biblia. O incluso estudiar mucho y hacernos buenos teólogos para predicar el evangelio.

Y sin embargo nos dice que llevemos su yugo y que aprendamos de Él a ser mansos y humildes de corazón, y entonces hallaremos descanso para nuestras almas. El yugo de los hombres es imposible de llevar, un peso que ellos mismos no lo cargan, pero quieren obligarnos a llevarlo; una esclavitud de la que Cristo Mismo nos liberó en la cruz. Pero en Su yugo hay gracia abundante, infinita, indetenible. Sólo en la gracia de nuestro Señor Jesucristo, y sólo allí, podremos aprender de Él a ser mansos y humildes de corazón, y entonces en Su misericordia hallaremos el anhelado descanso para nuestras almas. 

Con razón andamos tan turbados y desalentados. Hoy día lo que vende es la arrogancia, ganar la competencia de la vida; hacer lo que sea necesario para por lo menos verme "mejor." Y esta carretera no lleva a ningún tipo de descanso, mucho menos el de nuestras almas.



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