En honor a la justicia

Hace hoy 11 días de mi trepanación de lagrimal y es justo decir que, luego de andar llorando del ojo izquierdo por unos cinco años, habiendo gastado una fortuna en paquetitos de Kleenex y sufriendo la infección de ese ojo varias veces al año, la operación fue un éxito y el ojo ya no llora.

Cuando fui al chequeo de la semana, le dije a mi muy encantador y brillante oftalmólogo que había puesto una entrada en mi blog sobre el procedimiento en mi ojo. Luego de darle algunos detalles de la narrativa, le prometí que se lo iba a enviar y así lo hice. Al finalizar la conversación, me miró divertido y me dijo, "No te preocupes. Retirar el tubo sí será sencillo," a lo que le respondí, "Ya no le creo nada." Quería ser un poco más elocuente y haberle respondido algo así como "Eso usted mismo no se lo cree ni con dos cajas de Brugal en la cabeza." Pero tomando en cuenta que apenas era nuestra tercera cita, preferí portarme bien, sobre todo considerando que a todo mi cuerpo sólo le queda ir de mal en peor y probablemente tengamos que vernos varias veces más a lo largo del camino. 

Y lo cierto es que ya no me creo el cuento. El tubo lo retiran halándolo por la nariz, mientras va saliendo desde el mismo lagrimal, sin anestesia. Entonces, ¿puedo creerle? Pero en fin, que ya no lloro ni ando limpiándome el ojo 24/7, así que ciertamente estoy muy agradecida de mi doctor. 

Además, el final de esta trepanación me va a dar material para contarles la historia de la salida del tubo, describiéndoles más o menos que "luego de que buscaran a Masámbula* para que me sujetara al sillón por medio de una doble nelson, el doctor procedió a sacar el tubo del lagrimal, habiendo salido completo con cerebelo y todo," o algo parecido. 

Será hasta entonces, pues.


*Masámbula era mi luchador favorito de la Lucha Libre Dominicana. Ahí les dejo una foto para la historia. Masámbula es la bestia con el pajón que está al frente en la esquina derecha. Fue la única que pude conseguir. Mi hermano Fico (Dr. Francisco Bautista, Gastroenterólogo) solía molestar una de las ayudantes domésticas que trabajó en mi familia para esa época, por ahí por los 1966, más o menos. Cuando mi hermano le decía "¡Masámbula!", el lloradero de la pobre muchacha se oía a dos cuadras: "¡Doña Lucila, aquí tá Fiquito diciéndome Masámbula! ¡Guuuuaaaaayyyy, guaaaaaayyyy!" Por supuesto, para cuando mi mamá venía a aparecer, ya mi hermano estaba fuera del escenario.


Comentarios

  1. Me alegro tanto que ya tu y el tubito sean amiguitos. TE LO DIJE!! que después de algunos días ya hasta nombre le pondrías. Sólo te pido que cuando te lo quiten ojala lo puedan filmar y publicar en este blog, para ver si conozco a Masámbula, ya que nunca fuí aficionada a ese deporte (si se le puede llamar así). Me alegro montones y discrépo contigo en cuanto al comentario de: sobre todo considerando que a todo mi cuerpo sólo le queda ir de mal en peor". Mentira del diablo! Tu cuerpo sólo puede ponerse mejor cada día, sino pregúntale al ojo que te lloraba.
    Un abrazote a mi loca preferida.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mich, lo del cuerpo lo dije por el cochino e inevitable paso del tiempo, del cual no se salva nadie. De hecho, hace unos pocos meses que me he estado sintiendo mucho mejor. Un abrazote para ti también, mi peruana favorita .)

      Borrar
  2. Busquen la ambulancia aayyyy!!!!! 😃

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por dejarme tu comentario, Iván. La ambulancia era uno de mis momentos favoritos de la lucha libre :)

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Breve análisis de las estrofas de nuestro himno nacional

Sólo Jesús nos puede cambiar y nadie más

Cristo, sólo Cristo es nuestra justicia