Los tiempos para llorar son para llorar, no para practicar a ser faquir.

     Hoy no ha sido mi mejor día. Y esto me abre la puerta para aprovechar y opinar sobre un comentario que vi en un post en facebook. La imagen del post decía algo así como "Bitter trials sometimes are blessings in disguise," entiéndase "Las pruebas amargas a veces son bendiciones en disfraz." Un comentario llamó mi atención, una mujer que dijo "¡Eso no es NADA cierto!" y lo acompañó de varias caritas llorando. Sólo Dios sabe lo que está atravesando esa mujer en estos momentos.

     El Señor Jesucristo dijo "En el mundo tendréis aflicción" (Juan 16:33). En ningún momento habló de que eran "bendiciones" en disfraz o envoltura diferente. Las aflicciones duelen, nos dañan, y a veces nos dañan tanto que destruyen la mente, el alma y el cuerpo. Y se lloran. Y no tienen que gustarnos. Y nos dan el momento perfecto para quejarnos y lamentarnos y desear que todo pase y jamás volvamos a caminar por esa ruta.

     Según el diccionario de la RAE "aflicción" viene de "afligir":

Afligir
(Del lat. affligĕre).
1. tr. Causar molestia o sufrimiento físico.
2. tr. Causar tristeza o angustia moral.
3. tr. Preocupar, inquietar. U. t. c. prnl.
4. prnl. Sentir sufrimiento físico o pesadumbre moral.

     No hay nada bueno, ni agradable, ni que nos inspire a ser agradecidos, ni mucho menos de bendición en una aflicción o prueba. Sí nos fortalece el carácter y nos aumenta la sabiduría, pero eso es parte del paquete. Así que cuando venga la queja, la desesperación, la angustia, el preguntar "por qué," todo lo cual Cristo lo clavó en la cruz y Su obra fue completa, entonces le echamos mano a la última parte del mismo versículo, "pero confiad, Yo he vencido al mundo." Y aun la confianza nos abandone, eso también fue clavado en la cruz.

    Él mismo que murió por nosotros no nos hace llevar algunas cargas que la gente insiste que carguemos. Hay un tiempo para todo, y cuando llega el tiempo de llorar y lamentar, pues se llora y se lamenta. Por algo están los lagrimales y se activan tan rápido en el momento del dolor. Así que a soltar los jipíos y los chorros de los ojos, y cuando vengan por la nariz los sacudimos. Lo que no podemos ni debemos es quedarnos en ese estado. Cuando ese tiempo llega a su fin, ahí mismo debemos terminarlo y continuar al próximo tiempo, al de enmendar, reparar, levantarnos. Y nadie tampoco dijo que tenía que ser una competencia de velocidad. Dios nos hizo diferentes a todos y a cada quien le dio su propio reloj.

     Y cuando estemos en pie, porque Él siempre se encarga de volver a ponernos en pie, entonces viene el tiempo de ser agradecidos de corazón, con sinceridad, y alabarle porque para siempre son Sus misericordias.

Salmo 73:25-26 "¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre."

Comentarios

  1. Me udentufico plenamente, no puedo estar


























    Me identifico plenamnte coniigo, al menos yo no puedp "estar" siempre gozosa en un afliccion fuerte, Confiaga si,,esperando mi momento! Tu realista como siempre! Bendidiciones!

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